dos ejercicios inspirados en la metamorfosis de kafka
EJERCICIO 1: entrevista al señor gregorio desde el cielo de los bichos
-buenos minutos (en la vida de los bichos el tiempo es más pequeño, supongo) señorito gregorio. antes que todo quería preguntarle, ¿qué se siente ser bicho?
- mire señorita...
-xxxx, continúe usted.
- la memoria de bicho es muy reducida, así que no recuerdo la diferencia. además, una vez que uno se adapta es como si hubiese nacido bicho, algo parecido al "lo conocía desde toda la vida" o "como si fuese mío".
- en la tierra, todos tenemos una gran duda: ¿qué clase de bicho es usted?
- bicho clase "b". (risas) en realidad, eso no tiene la menor importancia; pero ya que insiste seré bueno: soy hijo de una inseminación artificial entre una cucaracha con pedigrí y un cascarudo común y corriente y, además, he sido clonado. imagínese que por estos pagos soy la minoría de las minorías: bastardo, y para colmo, una copia.
- si volviese a nacer en la tierra, ¿a qué se dedicaría?
- me dedicaría a vivir en vez de ser vivido.
-¿cómo resumiría la relación con su padre?
- como la relación entre dios y los hombres.
- se nota que esta nueva forma de vida lo ha vuelto más sabio...
- esta nueva forma de vida y esta nueva forma de ´caminar´ por la vida... (risas) quizás no me entendió, pero me refería a la forma que tiene un bicho.
- le entendí perfectamente y me asombra su buen humor.
- te voy a confiar un aprendizaje que me costó esta forma: la actitud que uno tiene frente a la vida es la clave, lo que a uno lo rodea depende de esa actitud...
EJERCICIO 2: narración al estilo de "la metamorfosis".
título: lunática realidad acuosa
no me atrevía a mirar, ni siquiera de reojo. sabía que el maldito iba a hacerlo: iba a señalarlo. sabía también que no necesitaba consultar al fastidioso almanaque para saber que era lunes: día del baño; pero no había otra salida posible más que enfrentar esa lunática realidad acuosa.
ésta "lunbañisfobia" (según me dijo un especialista que se llama x) es mi inquilina desde que tengo memoria: cuando era chiquitito recuerdo que tenía miedo de irme por las cañerías como una mojarrita insignificante y siempre me aseguraba de que el tapón estuviese bien puesto (uno nunca sabe cuando puede venir una desgracia); sólo lo sacaba después de salir de la bañera.
esta fobia se acrecentó con los años y la experiencia. ya más grandecito, mi tía me invitó al cine a er esa película que ahora no recuerdo cómo se llama, en la que a la chica la matan justo cuando se está bañando y a la escena la acompaña una música que parece un coro de canillas abriéndose y cerrándose; luego sigue otra escena en la que muestran el agua y la sangre escurriéndose por la rejilla ...qué horror!!! si cada vez que lo recuerdo me agarra un patatús. la ducha que lo mojó!!!! (disculpen, no debo decir malas palabras pero es la manera de desahogarme que tengo) en fin...ésto se lo dejo a los psicólogos. ellos habrán estudiado esas cosas, yo no lo entiendo...
bueno, va a ser mejor que me deje de rodeos y me bañe de una buena vez (tratándose de baños, no tan buena) exactamente ahora, agarro y me baño.
apenas se zambulló en la ducha notó que era diferente a otras veces: esta vez el agua no se sentía tan desagradable como siempre, es más, esta vez hasta le gustó ese viaje continuo y tibio de la llovizna artificial, pero comenzó a sentirse extraño. al masajear el shampú en la cabeza (por cierto, indomable) se quedó con todo su pelo en la mano y parecía inmóvil. no reaccionaba. cuando se untó el cuerpo con el jabón, su piel se sentía escamosa, como de papel celofán al igual que sus brazos y piernas, que pronto se hallaban reencarnadas en traslúcidas aletas. su olfato y su cererbro se atrofiaron saladamente y por último, cayó al suelo con tamaño de dedo gordo del pie. sí que se vió en aprietos: tan chiquito, próximo a la tragona rejilla y, para colmo, envuelto en una maraña de pelos, suciedad, globitos de espuma que circulaba como una centrifugadora hasta que se perdió entre las cañerías.
el almanaque no anunciaba lunes.


Comentarios
Publicar un comentario