consentidos

 

si. 

dicen que son mejores 

y sus actos les hacen silencio 

cuando el ritmo los apura desprevenidos;

cuestión de swing. 

esas cosas se prometen 

porque el aire es gratis 

o meramente el juego 

de criticar aquello que lo inmoviliza 

en busca de la imposible 

imperfección del vacío, 

deseo vacío,

 escurridizo como pez mojado; 

y tan agudo y tan sensible,

 como pinche de aguja; 

alguien buscaba a alguien y lo encontró, 

allí, 

(into the corner of wisdom just in time to fuck up)

inchu de corner of uisdom chest in taime chu fak ap 

y a mi qué me interesa, 

dice carozo. 

narizota ya le está arrojando el cascote ladrillo de construcción 

para matarlo de antemano. 

y a mi qué me interesa, 

le hace hombrito al compañerito maleducado, 

seguro que es hijo único, 

no sabe compartir; 

hay que hablarle al ojo a ojo, diente por diente.

 total qué mejor -qué mejor- 

que el vals que baila la necia y el ciego. 

no quieren entender 

y no hay nada que entender. 

es lo meta, 

métalo, 

metelo, 

metapsicología, 

metalenguaje, 

metafísica. por ejemplo, 

y qué me importa no gustarte,

 que me lo quiere 

café mate o te quiere. 

yo también quiero 

con leche y mucha azúcar, 

o por ejemplo 

cuando einstein se imaginó 

que borges leía los espejos

 como a los libros al revés y al derecho. 

te salió medio zurda la piba, che.

 si.

 no fue nuestra intención,

 jamás le transmitimos nuestro accionar en el tiempo, 

lo que hicimos fueron actos de educación 

puericultura, sin querer 

y la chiquita quedó loca. 

le dimos sí, 

una biblioteca cerca de su habitación,

 un altillo con papeles y libros de la universidad de los setenta 

junto con cartas y diarios íntimos de la época en que el hombre llegó a la luna. 

sí, una ventana redonda que espiaba y se escondía 

mientras miraba las playboy del tío milico. 

adoptó la costumbre de comportarse como una eightypornoestar. 

ya no estaba en ningún lado cuando llegaban del trabajo cansados de ser esclavos pero con la violencia de la culpa 

( o al revés) 

un martillazo 

rompió el vidrio del apuro. 

cinturonazos a mansalva. 

gritos y llantos

 forjando la humillada y orgullosa,

 ínfima autoestima. 

no me mientas, 

ante todo la verdad. 

no importa si no es con amor 

porque dicen que la verdad es cruel 

y está desnuda 

por eso

 cerrá un ojo y el otro guiño, 

coscorrón en la oreja. 

te quedó doliendo hasta el día de hoy 

la paranoia.


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